Aquí también se van sumando personajes de un circo en el desierto, viajeros del tiempo, las maquinas para fabricar amor.
Hay una información femenina implícita en la naturaleza.
Nacemos desde un vientre materno.
La energía creadora es nuestra madre tierra.
Me inspira la mujer como un ser fuerte y poderoso capaz de albergar vida. Una mujer frágil en apariencia, pero si miramos con detenimiento podemos ver la delicadeza y complejidad de su anatomía, así como en las flores y en plantas con sus proporciones áuricas, crecen y se transforman, son envueltas por las noches, el sol, el viento, los seres humanos, también los seres que habitamos la tierra somos, en esencia femeninos mas allá del genero.
Relaciono la creación artística con el nacimiento de una nueva vida, un nuevo ser, a través del amor.
Admito que mi sentir todavía sigue siendo infantil y adolescente en algún punto. Pero no me preocupa hacerme grande y madura en cuestiones de arte, ya que el juego y el placer también forman parte del proceso de creación. Así que fiel a mi corazón y al de las personas de todas las edades cronológicas posibles que aun conservan estos sentimientos, aquí nos reunimos. Yo, como una de tantas hacedoras y tu como parte de esta percepción que nos une.
Es por eso que no me interesa «madurar» para intelectualizar la obra.
Mi propuesta es que juguemos, demos vida, hagamos arte, hagamos amor.